miércoles, 9 de mayo de 2012

¿Qué es la "Dictadura Científica"?

¿Qué es la "Dictadura Científica"?

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En 1932, Aldous Huxley escribió su novela distópica, "Brave New World" [Un Mundo Feliz], donde presentó una visión sobre el surgimiento de las dictaduras científicas del futuro. En su ensayo de 1958, "Brave New World Revisited", Huxley examinó cuanto había cambiado el mundo en ese breve período desde que su libro fuera publicado, y hacia donde se dirigía el mundo. Huxley escribió que:
En política el equivalente a una teoría científica o un sistema filosófico desarrollado a cabalidad es una dictadura totalitaria. En economía, el equivalente de un obra arte bellamente compuesta es la fábrica de buen funcionamiento donde los trabajadores están ajustados perfectamente a las máquinas. La Voluntad de Ordenar puede crear tiranos de aquellos que sólo aspiran a solucionar un problema. La belleza del buen orden es utilizada como justificación para el despotismo. [1]

Huxley ha explicado que "los súbditos del dictador del futuro estarán regimentados de forma indolora por un cuerpo de ingenieros sociales altamente capacitados", y cita a un "defensor de esta nueva ciencia", señalando que, "El desafío de la ingeniería social en nuestro tiempo es como el reto de la ingeniería técnica cincuenta años atrás. Si la primera mitad del siglo XX fue la era de los ingenieros técnicos, la segunda mitad bien puede ser la era de los ingenieros sociales". Así, proclama Huxley, "El siglo XXI, supongo, será la era de los Controladores Mundiales, el sistema de castas científicas y Un Mundo Feliz."[2]

En 1952, Bertrand Russell, filósofo, historiador, matemático y crítico social británico, escribió el libro "El Impacto de la Ciencia en la Sociedad" donde advirtió y examinó cómo la ciencia, y la revolución tecnológica, estaban cambiando y podrían cambiar la sociedad. En su libro, Russell explicó que:
Creo que el tema que será de mayor importancia política es la psicología de masas. La psicología de masas es, científicamente hablando, estudio no muy avanzado... Este estudio es inmensamente útil para los hombres prácticos, si desean hacerse ricos o para conseguir el gobierno. Está, por supuesto, como una ciencia, basado en la psicología individual, pero hasta ahora ha empleado métodos poco confiables que se basaban en una especie de sentido común intuitivo. Su importancia se ha incrementado enormemente por el desarrollo de los métodos modernos de propaganda. De estos el más influyente es lo que se llama "educación". La religión juega un papel, aunque uno disminuido; la prensa, el cine y la radio juegan un papel cada vez mayor.

Lo esencial de la psicología de masas es el arte de la persuasión. Si se compara un discurso de Hitler con un discurso de (digamos), Edmund Burke, podrá notar que se han hecho avances en el arte desde el siglo XVIII. La equivocación de antes fue que la gente había leído en libros que el hombre es un animal racional, y bosquejaron sus argumentos bajo esta hipótesis. Ahora sabemos que una lámpara y una banda musical persuaden más de lo que puede hacerse mediante la forma más elegante de silogismos. Es de esperar que un tiempo cualquiera sea capaz de persuadir a cualquiera de cualquier cosa, si es capaz capturar el paciente desde joven y si es proveído con dinero y equipo por el Estado.

Este asunto experimentará grandes avances cuando sea tratado por científicos bajo una dictadura científica.[3]
Russell analizó después la cuestión de si una "dictadura científica" es más estable que una democracia, postulando que:

Además del peligro de guerra, no veo ninguna razón por la cual dicho régimen debería ser inestable. Después de todo, los países más civilizados y los semi-civilizados conocidos en la historia han tenido vastas clases de esclavos o siervos subordinados completamente a sus amos. No existe nada en la naturaleza humana que haga imposible la persistencia de un sistema como ese. Y todo el desarrollo de la técnica científica ha hecho más fácil de lo que solía ser el mantener un dominio despótico de una minoría. Cuando el gobierno controla la distribución de los alimentos, su poder es absoluto, siempre que puede contar con la policía y las fuerzas armadas. Y su lealtad se puede asegurar al darles algunos de los privilegios de la clase dirigente. No veo cómo algún movimiento de rebelión interna pueda llevar alguna vez la libertad a los oprimidos bajo una dictadura científica moderna [4].

Basándose en el concepto popularizado por Aldous Huxley - del pueblo amante de su servidumbre - Bertrand Russell explicó que bajo una dictadura científica:
Es de esperar que avances en la fisiología y la psicología otorguen a los gobiernos más control sobre las mentes individuales del que tienen ahora, incluso en los países totalitarios. Fichte establece que la educación debe tener como objetivo destruir el libre albedrío, de modo que, después que los alumnos han abandonado la escuela sean incapaces, por el resto de su vida, de pensar o actuar de otra manera que como la que sus maestros de escuela hubieran deseado... La dieta, inyecciones, e infusiones se combinarán, desde edad muy temprana, para producir el tipo de carácter y el tipo de creencias que las autoridades consideren deseable, y cualquier crítica seria de los poderes se volverá psicológicamente imposible. Aunque todos sean miserables, todos se creerán felices, porque el gobierno les dirá que lo son [5].

Russell explicó que, "La integridad del control resultante sobre la opinión descansa de varias formas en la técnica científica. Cuando todos los niños van a la escuela, y todas las escuelas son controladas por el gobierno, las autoridades pueden bloquear las mentes de los jóvenes a todo lo que sea contrario a la ortodoxia oficial." [6] Russell más tarde proclamó en su libro que "una sociedad científica mundial no puede ser establecida a menos que exista un gobierno mundial." [7] Elaboró:

A menos que haya un gobierno mundial que asegure el control universal de nacimientos, tiene que haber de vez en cuando grandes guerras, en donde el castigo por la derrota sea la muerte por hambrunas generalizadas. Ese es precisamente el estado actual del mundo, y algunos pueden considerar que no existe ninguna razón por la que no deba continuar así durante siglos. Yo no creo que sea posible. Las dos grandes guerras que hemos vivido han rebajado el nivel de la civilización en muchas partes del mundo, y la próxima está bastante cerca de conseguir mucho más en esta dirección. A menos que, en algún momento, una potencia o grupo de potencias salga victorioso y proceda a establecer un gobierno único del mundo con el monopolio de la fuerzas armadas, es evidente que el nivel de la civilización deba estar continuamente en decadencia hasta que la guerra científica se vuelva imposible – esto es, hasta cuando la ciencia se haya extinguido. [8]

Russell explica que la eugenesia es una característica central en la construcción de cualquier gobierno científico dictatorial mundial, afirmando que, "Poco a poco, mediante la cría selectiva, las diferencias congénitas entre gobernantes y gobernados se incrementarán hasta que se conviertan en especies casi diferentes. Una rebelión de la plebe se convertiría en algo tan inconcebible como una insurrección organizada por ovejas contra la práctica de comer carne de cordero." [9]

En un discurso de 1962 en la Universidad de Berkeley, Aldous Huxley habló sobre el mundo real convirtiéndose en la pesadilla de “Un Mundo Feliz” que el visionara. Huxley habló principalmente de la “Ultimate Revolution” [La Última Revolución] que está centrada en "controles del comportamiento" de las personas. Huxley señaló sobre la Última Revolución:

En el pasado, podemos decir, que todas las revoluciones estaban destinadas principalmente a modificar el ambiente con el fin de cambiar al individuo. Han ocurrido la revolución política, la revolución económica... la revolución religiosa. Todas estas no apuntan, como he señalado, directamente al ser humano, sino que a su entorno, por lo que mediante la modificación de su entorno que consiguen - con una extirpación - un efecto sobre el ser humano.


Hoy, nos enfrentamos, me parece, al enfoque de lo que puede ser denominada la 'Última Revolución' - la “Revolución Final” - donde el hombre puede actuar directamente sobre la mente y el cuerpo de sus compañeros. Bueno, no hace falta decir que algunos tipos de acción directa sobre la mente y cuerpo humanos han estado sucediendo desde el principio del tiempo, pero estas han sido en general de carácter violento. Las técnicas de terrorismo son conocidas desde tiempos inmemoriales, y la gente las ha empleado con más o menos ingenio, a veces con crudeza extrema, a veces con una buena dosis de habilidad que se adquiere con un proceso de ensayo y error – descubrir las mejores maneras de utilizar la tortura, encarcelamientos, limitaciones de diversa índole. . .

Si ustedes van a controlar cualquier población durante cualquier intervalo de tiempo, deben tener cierto grado de consentimiento. Es muy difícil ver cómo puede funcionar el terrorismo puro indefinidamente, puede funcionar durante mucho tiempo, bastante, pero tarde o temprano ustedes tendrán que presentar un elemento persuasivo, un elemento que consiga que la gente acepte lo que les está sucediendo.

Me parece que la naturaleza de la Última Revolución a la que ahora nos enfrentamos es precisamente esta: que estamos en proceso de desarrollar toda una serie de técnicas, que permitan el control de la oligarquía - que siempre ha existido y probablemente siempre existirá - de hacer que el pueblo ame su servidumbre. Este es la última revolución en maldad...

Parece existir un movimiento general hacia este tipo de Control Último, este método de control, mediante el cual se puede hacer que la gente disfrute de un estado de cosas que bajo cualquier estatus de decencia no deberían aceptar; disfrutar de la servidumbre...

Me inclino a pensar que las dictaduras científicas del futuro - y creo que van a existir dictaduras científicas en muchas partes del mundo - probablemente estarán mucho más cerca del patrón de Un Mundo Feliz que del modelo de 1984. No estarán mucho más cerca de ello, no algún escrúpulo humanitario de los dictadores científicos, sino simplemente porque el patrón del "Mundo Feliz" probablemente es mucho más eficiente que el otro. Ya que si pueden hacer que la gente consienta el estado de cosas en el que viven - el estado de servidumbre - si ustedes pueden hacer eso, entonces es probable que tengan una sociedad mucho más estable, mucho más duradera y muchísimo más fácil de controlar de lo que sería si estuviera basada solamente en clubes, pelotones de fusilamiento y campos de concentración [10].

En 1961, el Presidente Eisenhower pronunció su discurso de despedida a la nación en el que advertía de los peligros para la democracia que planteaba el complejo militar-industrial: la red interconectada de la industria, los militares y la política que genera condiciones de guerra constante. En ese mismo discurso, Eisenhower alertó a Estados Unidos y al mundo de otro cambio importante en la sociedad:

Hoy, el inventor solitario, trabajando en su taller, se ha visto ensombrecido por grupos de trabajo científicos en laboratorios y campos de prueba. De la misma manera, la universidad libre, históricamente la fuente de ideas libres y descubrimientos científicos, ha experimentado una revolución en el desarrollo de las investigaciones. En parte debido a los enormes costos implicados, un contrato con el gobierno se convierte en prácticamente un sustituto de la curiosidad intelectual. Por cada pizarra vieja de la actualidad hay cientos de computadoras electrónicas.

La perspectiva de que los académicos de la nación puedan ser dominados por el Gobierno federal, por la concesión de proyectos y por el poder del dinero, está más presente que nunca, - y es un riesgo que debe considerarse muy seriamente.

Sin embargo, al permitir la investigación y descubrimientos científicos a este respecto, como deberíamos hacerlo, también debemos estar alerta ante el peligro contrario e igualmente serio de que la política pública se vuelva cautiva de una élite científico-tecnológica. [11]

En 1970, Zbigniew Brzezinski escribió sobre "la aparición progresiva de una sociedad más controlada y dirigida" en la "revolución tecnotrónica", explicando:
Tal sociedad sería dominada por una élite cuya justificación del poder político se basaría en tener conocimientos científicos supuestamente superiores. Sin las limitaciones por las restricciones de los valores liberales tradicionales, esta elite no dudará en conseguir sus objetivos políticos utilizando las últimas técnicas modernas para influir en los comportamientos públicos y de mantenimiento de la sociedad bajo una estrecha vigilancia y control. En tales circunstancias, no se podría dar marcha atrás al impulso científico y tecnológico del país, si no que podría alimentarse de la situación que explota [12].

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